Desactivar la cuenta. Si estás harto de Facebook pero todavía no sabes si te arrepentirás en unos días y querrás volver a la vida en esta red social, puedes optar por desactivar la cuenta. Para ello, lo primero que debes hacer es entrar en el perfil dentro del navegador y hacer click en el triángulo que hay a la derecha del nombre en la barra superior de color azul (junto a los íconos con forma de mundo y de personas). Dentro de la lista de opciones que se abre, la que interesa en este punto es la de “Configuración”. Una vez en el menú de configuración de la red, escoge de la lista de la izquierda la opción que dice “Seguridad”.
Ahí habrá un buen número de opciones relativas a la seguridad. Fuera de esta lista en la parte inferior aparece un enlace en azul con el nombre “Desactivar tu cuenta”. Lo primero que verás será una serie de fotos de perfil de algunos de los contactos que “te echarán de menos” si desactivas la cuenta. Justo debajo hay un pequeño cuestionario para explicar los motivos por los que has decidido dar este paso, por ejemplo, la privacidad de los datos o la falta de seguridad de la red. También está la opción de tomarte un respiro por un número de días determinado (entre un día y cuatro semanas), tras el que la cuenta se reactivará de manera automática.
Eliminar por completo. Para este paso el enlace no aparece de forma tan sencilla, hay que llegar a través de la ayuda de la red social a https://www.facebook.com/help/delete_account, luego, haces click en “Eliminar mi cuenta”. Este proceso puede tardar hasta tres meses en completarse, pero una vez que has comenzado ningún usuario podrá acceder a tus datos o fotos personales. Te recomendamos hacer una copia de seguridad de todos los datos que tengas en la red social antes de desaparecer.
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